martes, 8 de septiembre de 2009

Princesas Reprimidas

Desperté sin saber quién era.
A veces nos pasa.
A veces olvidamos.
Es que no logro ser como aquella detrás de la pantalla. No alcanzo esa perfección.
Y es que, que nos está pasando?
Perdí de vista lo que me hace ser quien soy.
Mis días son normales, ordinarios.
Empieza con el cumplimiento de la condena de los que haceres. El proceso de embellecimiento y la tolerancia hacia los gritos callejeros.
Un día normal, ordinario en la vida de una mujer.
(Un hombre grita)
-HOLA MI PRINCESA RICA!
Camino manchada. Una mancha grotesca que crece en forma de indignación. Va cubriendo mi cuerpo y me va tensando cada musculo.
(Mujer grita)
-NO SOY TU PRINCESA RICA!
Mi padre tiene sed y mi hermano hambre. No tienen piernas y manos para servirse, aparentemente.
Siempre soy yo, esa la que tiene que servir la mesa.
Porque siempre somos nosotras?
Quien dijo que la mujer no puede?
Al final hacemos más que ellos.
Quien dijo que soy débil?
De repente las oigo hablar, atrás de mí.
Que soy….soy rara?  Soy qué?
Soy puta?
Por siempre estar rodeada hombres, porque tengo amigos hombres. Porque me pongo al nivel de ellos.
Qué nivel?
Que te ha dicho la sociedad niña?
En que nos ha convertido?
Manchas de indignación o princesas reprimidas?
A blanca nieves la salvo el príncipe, a la bella durmiente también y a la sirenita la hizo feliz su príncipe.
Aquí me siento yo, esperando a mi príncipe.
Pero no viene. No está. No hace nada por mí.
De vez en cuando vienen flores arrancadas, caricias donde no son deseadas y palabras innecesarias.
Y yo aquí espero.
Sin nada, en silencio.
Pueden oír mi muerte?
El silencio mata a las princesas reprimidas. Aquellas que no sonríen, que no hablan, que no ríen, que no expresan, no piden lo que quieren y dejan que el este encima, siempre, y no GRITAN!
Oigan, el silencio mata.
Shhhhh!!!
Estamos locas.
Locas por querer un mundo mejor.

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