miércoles, 2 de junio de 2010

No duermo en casa

Tal vez todo hubiera sido diferente si te hubieras levantado una hora después o antes, pero no a esa hora.

"Ve por ayuda," escuche.

Desubicada, asustada, corrí.
No sabía para que era la ayuda, temía que fuera para ti.
Tenía miedo, tú me dabas  miedo.

Allí en esa cama gigante, edredon de cuadros y el sol de la mañana por la ventana, dijiste,

"No, estoy bien, al hospital no, no es necesario."

Eso fue lo último. La última oración completa que escuche salir de tu boca y el miedo que sentí me dio un abrazo siniestro.

Luego vino un hospital, ese al cual dijiste que no, lleno de sonrisas frías, desconocidas. Funeral, feliz noche, descanza en paz.

Hoy no duermo en casa.

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